El balance energético BE o equilibrio energético, hace referencia a la armonía que debe haber entre la energía que ingerimos en nuestra dieta diaria y la que gastamos en el día, es decir, la energía que consumimos debe ser igual a la cantidad de energía que usamos en funciones vitales del organismo y en actividades realizadas.
Conocer este concepto de BE y llevarlo al uso cotidiano, es, posiblemente, un factor de beneficio fundamental en la búsqueda de sostener una salud envidiable y mantener a raya la obesidad.
Veamos un poco más a fondo de qué trata esta teoría alimenticia, como la podemos aplicar y algunos beneficios que puede traer a nuestra dieta y estilo de vida.
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Balance Energético, en búsqueda del equilibrio
La teoría puede ser un poco complicada de aplicar, conociendo que en los momentos en los que vivimos estamos abarrotados de todo tipo de alimentos, presentaciones, tamaños, formas, proporciones y, en líneas generales, nuestro conocimiento de lo que consumimos es escaso.
Sin considerar que, también, sabemos muy poco con respecto al gasto de energía, existe poca información de como obtener estos índices y además, estos dos indicadores deben estudiarse en relación uno con el otro.
Podemos comenzar aclarando que somos seres que obtenemos la energía que necesitamos por medio de la ingesta de alimentos, a esto se le denomina como individuos heterótrofos. Siendo dependientes, desde el punto de vista nutricional, de los alimentos, deberíamos tener una mejor noción de sus propiedades.
¿Qué factores influyen en el balance energético?
De este modo, tenemos que el BE es la relación que existe entre esa energía que se consigue en forma de calorías y la que se gasta como efecto de las actividades vitales como la respiración, funcionamiento de órganos y sistemas, la circulación, el trabajo físico.
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No debemos dejar de lado que en gran medida la edad, ciclo menstrual, embarazo, menopausia o andropausia influye en el balance de energía y necesidades de consumo. Cuando las personas alcanzan su equilibrio energético, son capaces de controlar su peso y mantener un estado de salud física equilibrado.
Igualmente, es necesario destacar que los hábitos como fumar, consumir psicotrópicos, no dormir bien, entre otros desequilibrios, inciden directamente en el balance energético de nuestro cuerpo.
¿Cómo obtiene y gasta energía el cuerpo?
Como ya sabemos, solo obtenemos energía de los alimentos que consumimos, en cambio, el gasto de la energía consumida posee varios factores que debemos considerar.
● Metabolismo basal
Es un de los factores más significativos entre los que debemos tomar en cuenta, este refiere a la cantidad de energía que necesitamos estando en reposo y que mantiene los procesos corporales. Dicho indicador muestra entre el 60 % y el 70 % de la energía que consumimos.
● La termogénesis por la dieta
Al ingerir un alimento que sea proteína, grasa, glucosa, esto incide en el gasto energético, debido a que se necesita energía para digerir dichos alimentos y metabolizarlos. Esto es la termogénesis que se induce por la dieta. Dentro del balance energético y gasto energético, la cafeína u otro tipo de estimulantes también influyen.
● El gasto energético por actividades físicas
Dentro de este tipo están las actividades diarias o cotidianas que no sean deportivas, como al desplazarnos, cuando trabajamos, las tareas del hogar, cuidado de mascotas o de otros individuos del grupo familiar.
La otra actividad contabilizada tiene que ver con todas aquellas que se cataloguen como deportes y ejercicios estipulados disciplinadamente, que conlleven a un esfuerzo mayor, mientras más sea el esfuerzo el gasto energético será más elevado.
Cálculo del balance energético
Cada persona tiene un consumo de energía diferente, por los factores que comentábamos anteriormente, sin embargo, existen formas para establecer este balance de energía en función de lo que cada quien requiere como energía basal, lo consumido por la termogénesis y la actividad física. Veamos la fórmula Harris – Benedict:
- Sexo femenino TMB = (10 * peso kg) + (6,25 x altura llevada a cm) – (5 x edad en años) – 161.
- Sexo masculino TMB = (10 * peso Kg) + (6,25 x altura llevada a cm) – (5 x edad en años) + 5.
En correspondencia al tipo de actividad que realices, tu TMB tendrá una variación de la siguiente forma:
- Ninguna actividad física o muy poca = TMB x 1,2.
- Ejercicios ocasionales y ligeros = TMB x 1,375.
- Actividad física moderada = TMB x 1,55.
- Ejercicios intensos = TMB x 1,725.
- Ejercicio muy intenso = TMB x 1,9.
Esta es una de las fórmulas más utilizadas para calcular el balance energético, aunque existen otras más que han tenido menos auge.