Debido a su importante aporte de nutrientes al organismo, la carne de pollo es considerada saludable y de fácil digestión. Es fuente de vitaminas, calcio, hierro, potasio, sodio, zinc y magnesio. Además, contiene proteínas completas y lípidos.
Su consumo en la dieta nos permite disfrutar de algunos beneficios. Entre ellos, que en el cerebro los niveles de serotonina se optimizan. Lo cual tiene estrecha relación con el estado de ánimo.
También, fortalece los dientes y huesos, contribuye al bienestar del hígado, el sistema cardiovascular, los riñones y la visión. Esto último se debe al aporte de retinol, alfa y beta caroteno, vitamina A y sus derivados y licopeno.
Por otra parte, el consumo de carne de pollo es ideal para las personas que padecen trastornos digestivos. Debido a que es de fácil asimilación por sus características estructurales.
Aporte nutricional
Los valores nutricionales varían de acuerdo a la porción a ingerir. Por cada 100 gramos de pollo se obtienen 195 kilocalorías, 30 gramos de proteínas, 7.7 gramos de grasa y 2.2 gramos de grasas saturadas. Debe considerarse que el mayor aporte de grasas en la carne de pollo se encuentra en la piel. Si esta es retirada al momento de la preparación, la grasa a ingerirse será menor.
A esta carne se le considera una carne magra que es fuente de proteínas completas, con alto valor biológico. Posee todos los aminoácidos esenciales para llevar a cabo los procesos fisiológicos del organismo.
También te puede interesar: 3 recetas de tartaletas rellenas de crema de almendras
Asimismo, el aporte de lípidos insaturados hace de esta carne fuente de Omega-3 y Omega-6. También, tiene un aporte de vitaminas del complejo B (B12, B6 y B3).
Beneficios de la carne de pollo
Al ser una carne saludable y de fácil absorción permite el ingreso de proteínas completas. Participaran en el fortalecimiento de la masa muscular, el crecimiento en los niños, la optimización del sistema inmunológico, etcétera.
La carne de pollo también es incluida en numerosos platos saludables, debido a sus propiedades nutricionales. Su consumo puede garantizar un peso ideal y un correcto desenvolvimiento de las proteínas estructurales que regeneran los tejidos. De esta forma, no tendrá que preocuparse al realizar actividad física.
De la misma forma, existen estudios que certifican que la sustitución de las carnes rojas por carnes magras. Como el pollo y el pescado reduce el riesgo de padecer enfermedades del sistema cardiovascular. Y en el embarazo, ingerir este tipo de carnes ayuda al desarrollo y bienestar del bebe y la madre.
Y como si fuera poco, también posee beneficios para la piel y el sistema inmunológico. En el sistema inmunológico ayuda para combatir virus o bacterias y en la piel contribuye a acelerar la cicatrización y mantener la integridad cutánea.
Por otra parte
Este tipo de carne tiene diferentes formas de preparación y puede adquirirse a un precio accesible. Se le considera entre las carnes más consumidas. Puede ser preparada en sopa, a la plancha, en salsa, troceada, frita, al horno o acompañada de cualquier alimento.
