La sauna es un baño de vapor durante el cual las personas son sometidas a un calor húmedo o seco con la finalidad de sudar para obtener sensaciones de descanso y relajación.
Esta es empleada especialmente en los centros de belleza gracias a los beneficios estéticos que proporciona. Está también suele brindar vitalidad a las personas por lo cual a lo largo de los años su popularidad ha crecido inmensamente.
Actualmente, se pueden encontrar saunas en diferentes localidades tales como hoteles, gimnasios e incluso algunos hogares domésticos.
Si quieres conocer más al respecto, continúa leyendo y aprende como la sauna puede ayudarte en tu salud.
Beneficios de la sauna
La sauna es un lugar en el que puedes relajarte y disfrutar de los efectos del calor sobre tu cuerpo. Una de las ventajas de asistir a estos sitios es que puedes recibir los beneficios sin necesidad de hacer ningún esfuerzo físico.
En la piel
La sudoración causada durante las sesiones de sauna permite liberar las toxinas del cuerpo de forma natural. La sauna funciona como un vasodilatador el cual abre los poros de la piel para la eliminación de impurezas.
Efecto contra el estrés
El calor es un estimulante que permite relajar los músculos para la emisión de las células endorfinas. Esto ayuda a contrarrestar los niveles de estrés y en su lugar proporciona sensaciones de energía y vitalidad.
Ayuda al sistema inmunológico
La sauna puede hacer pasar tu cuerpo por altas temperaturas las cuales estimulan el sistema de defensas del cuerpo. Esto permite la activación natural del sistema inmunológico para la producción de anticuerpos y glóbulos blancos.
Contrarresta el insomnio
El efecto principal de la sauna es sin duda alguna la relajación total del cuerpo. Esto permite que las personas con problemas de insomnio o falta de sueño puedan dormir con mayor frecuencia. Disminuyendo la sensación de no poder dormir y acortando los periodos para caer rendido.
También te puede interesar: ¿Sarro negro en las encías? Así debes prevenirlo
Ayuda a la circulación sanguínea
A través de la exposición al calor húmedo los vasos sanguíneos del cuerpo se expanden y permiten una fácil y fluida circulación de la sangre.
Esto colabora en los procesos de desintoxicación y disminuye la frecuencia de calambres. Este también ayuda a gran escala para la oxigenación de los diversos tejidos del cuerpo
Alivia dolores musculares
Gracias a su efecto relajante la sauna es una alternativa adecuada para aliviar las sensaciones de dolor muscular. Estos pueden ser desde contracturas de cuello como el tortícolis o los síntomas de enfermedades de las articulaciones tales como la artritis.
La sauna: Contraindicaciones y consejos
A pesar de todos los beneficios que proporciona la sauna, existen algunas personas que debido a sus condiciones físicas o patológicas no deberían exponerse a este tratamiento.
Algunas de ellas por ejemplo son las personas con problemas cardiovasculares tales como la hipertensión. Puesto que la sauna puede acelerar el ritmo cardíaco y puede forzar los funcionamientos de un corazón deficiente.
Las mujeres embarazadas tampoco pueden ingresar a la sauna, ya que este puede causar deshidratación y mareos. Asimismo, las personas bajo los efectos de sustancias psicotrópicas como alcohol o drogas. La razón es que estos pueden alterar el corazón y causar sobrecalentamiento.
Lo recomendado para asistir a la sauna es tomar sesiones cortas, alrededor de 15 a 20 minutos. Los profesionales sugieren empezar por primera vez las sesiones con bajo tiempo para adaptar el cuerpo a la exposición de temperaturas.
Asimismo, es necesario deshacerse de cualquier prenda de metal que pueda calentarse y quemar la piel. Para evitar la resequedad, lo mejor es hidratarse antes y después de la sesión de sauna. En caso de ser necesario, resulta conveniente proteger el cabello con toallas húmedas.
En síntesis, la sauna es una alternativa muy conveniente para la salud y la piel y puede aliviar ciertas sensaciones dolorosas. Estas sesiones deben hacerse de forma prudente para así obtener resultados positivos.
