En palabras simples, la envidia es el deseo de algo que no posees y que otro sí. Es un sentimiento que no siempre se experimenta de la misma forma para todos. Al igual que ocurre con las demás emociones.
A pesar de que se considera mala por una gran mayoría, hay quienes creen que no es esencialmente así. Y esto se refuerza con una publicación que indica que existen dos tipos de envidias, la benigna y la maliciosa.
Partiendo desde esta perspectiva, podemos señalar qué es lo que las diferencia.
Envidia buena vs. envidia mala
En general, la envidia es conocida como una emoción social.
La razón es que se cree que el sentimiento proviene de la comparación con el otro, de la necesidad por igualdad de estatus social. Ya sea por sus posesiones, personalidad, características físicas o reconocimientos.
Sin embargo, se puede clasificar en dos tipos:
La envidia buena
Se le llama sana cuando los pensamientos se enfocan en lo que una persona tiene o logra y se anhela para sí mismo. Pero, no residen deseos malos hacia el otro.
Se podría decir que la envidia buena es aquella sensación que no causa malestar o es menos existente.
En este caso, resulta saludable porque quien lo experimenta, puede sentir alegría por el otro. Inclusive, considerarlo como algo motivador para obtener lo mismo. Como, por ejemplo, culminar una carrera, comprar un inmueble o bajar de peso.
La envidia mala
Por su parte, la envidia insana se refiere a un sentimiento molesto, doloroso e intenso hacia una persona por sus triunfos.
Aquí no se trata de anhelar lo que otros disfrutan, sino de que pierda lo que adquirió o no lo goce. Es decir, hay cierta malicia y rencor por aquel que cumple una meta. Asimismo, se asocia con la destrucción, ya que está acompañada de pensamientos negativos, sentimientos de ira o venganza.
En pocas palabras, la buena motiva y la mala es nociva.
Sin embargo, ambos tipos de envidia pretenden conseguir lo mismo: un estatus social igual o superior al prójimo.
En la mala, disminuyendo el estatus del envidiado, y en la buena aumentando el del envidioso.
¿No existe envidia benigna o maliciosa?
Si bien muchos se sustentan en la creencia de que hay dos tipos de envidia, hay quienes no están de acuerdo.
Según el centro psicológico Cepsim, la envidia no es sana o insana, es solo un sentimiento como cualquier otro.
Pero que esa visión deriva de las enseñanzas de la sociedad, ya que no es ni ha sido una emoción aceptable. Sobre todo, por las religiones. En consecuencia, la envidia cada vez es menos tolerable.
Asimismo, la psicología nos dice que no hay emociones buenas ni malas. Por lo que la envidia no debería calificarse como buena o mala. Más bien depende de si es o no de utilidad.
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Por otra parte, la envidia se relaciona con diferentes factores, pero resaltaremos dos:
La baja autoestima
La falta de confianza en nosotros mismos nos hace propensos a sentir envidia por el éxito de otro. Esto es por el hecho de querer ser reconocidos, valorados o valiosos por los demás.
Si la inseguridad abunda en ti, las posibilidades de que la envidia sea negativa, es mayor. Lo que crea enfado y rencor hacia una persona cercana que cada vez se ve más feliz.
La frustración
Puede que hayas pasado por situaciones donde cada vez sientes que todo te sale mal o estás de mala suerte. Mientras que, un compañero de trabajo, amigo o vecino obtiene las cosas muy sencillas.
Si no toleras que a otros les vaya bien, es posible sentir cierta molestia. Dando lugar a la comparación de qué tiene más que tú o por qué él lo logra y tú no.
En resumidas cuentas, envidia buena o mala, todo está en tu capacidad de manejar esas situaciones y emociones.
Si lo tomas por el lado positivo, esa otra persona puede ser un ejemplo a seguir. Pero para ello debes aumentar el nivel de autoconfianza, no minimizar tus logros y reconocer los de los demás.
De lo contrario, las emociones opuestas se apoderarán de ti y solo atraerás cosas negativas a tu vida.