Todos los días al levantarse, cada persona da paso a una rutina preestablecida. Desde lavarse los dientes, bañarse, arreglarse, hasta desayunar. Igualmente, en el trabajo los individuos conocen específicamente las tareas que les corresponde realizar, así como también las actividades rutinarias como manejar o cocinar. Todo lo anterior forma parte de un proceso de aprendizaje que queda almacenado en el cerebro de los seres humanos gracias al funcionamiento de la memoria procedimental. Esta se trata de la más consolidada y la que tarda más en deteriorarse.
Pero ¿en qué consiste la memoria procedimental? A continuación veremos qué es y cómo funciona esta área del cerebro.
Tabla de contenidos
¿Qué es la memoria procedimental?
De una forma sencilla, la memoria procedimental se ocupa de la manera de hacer las cosas. Este espacio permite guardar información relacionada a los procedimientos que le permiten a una persona desarrollar diferentes acciones. Por ejemplo, atarse el cabello o manejar bicicleta son actividades que una persona realiza de forma rutinaria, pero en las que no piensa conscientemente ya que la forma de llevarlo a cabo se encuentra almacenado en la memoria procedimental.
Este tipo de memoria permite a la persona aprender cosas continuamente y no olvidarlas, sino que estas son almacenadas para luego aparecer automáticamente cuando sea necesario ejercer esa acción ya aprendida.
Además de lo mencionado, otra característica de la memoria procedimental es justamente la posibilidad de mejorar estos aprendizajes con la práctica. Por ejemplo, un niño que empieza a manejar bicicleta irá mejorando a medida que continúe repitiendo el mismo procedimiento frecuentemente.
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Cómo funciona
La memoria procedimental hace referencia a las capacidades y hábitos que adquiere una persona a nivel cognitivo, perceptivo y motor. Es por esta razón que en muchas ocasiones se le conoce también como la memoria de las habilidades o memoria de los hábitos.
Generalmente esta memoria afianza su funcionamiento en la adquisición de competencias o habilidades motrices, como por ejemplo tocar guitarra, después de repetir este proceso en numerosas ocasiones se convierte en un hábito automático.
Una vez sucede este proceso de automatización, la actividad aprendida pasa a formar parte de otros sistemas cerebrales como por ejemplo la corteza motora y el cerebelo, allí es almacenada de forma inconsciente, es decir que no es necesario practicarla de forma cuidadosa.
Es importante destacar que la memoria procedimental no sólo hace referencia a procedimientos motores, sino que también interviene en otras formas de memoria que no tienen nada que ver con ellos. Por ejemplo, cuando se presenta un problema o una situación de crisis, el individuo hace uso de modos de procedimientos que están almacenados en su memoria de forma consciente para resolver este escenario.
Lo anterior supone la aparición de un aprendizaje que estaba guardado en el cerebro y que acciona de forma inmediata e inconsciente, a lo que también se le llama memoria procedimental.
Cómo activar y mejorar la memoria procedimental
Existen numerosas estrategias que una persona puede aplicar para activar y mantener fortalecida la memoria procedimental. Además de ejercicios puntuales, también existen alternativas asociadas a los hábitos alimenticios, ya que llevar una dieta saludable ayuda a fortalecer este espacio cerebral.
Ahora bien, al igual que cualquier otro músculo del cuerpo humano, el cerebro requiere de entrenamiento y en el caso de la memoria procedimental los más recomendados son:
- Memorizar una receta de cocina y realizar los procedimientos repetidamente
- Elegir un juego recreativo que conste de diferentes pasos y llevar a cabo cada uno de estos
- Seleccionar una canción y utilizar un instrumento musical para practicarla hasta memorizar
Con estas acciones es posible activar y fortalecer la memoria procedimental y mejorar tanto actividades cognitivas como motoras de forma continua.