El Síndrome de Reiter es una enfermedad sistémica. Es decir, que afecta a todo el cuerpo en general. Produce afecciones oculares como conjuntivitis o uveítis, y otras enfermedades como artritis reactiva y uretritis. Incluso en algunos casos provoca lesiones cutáneomucosas.
Cuando una persona sufre del Síndrome de Reiter puede presentar inflamación e hinchazón, como consecuencia de otras infecciones. Asimismo, aunque esta patología afecta a cualquier persona, se presenta con mayor frecuencia en hombres menores de 40 años.
En este sentido, es una enfermedad que muchas veces puede ser diagnosticada sólo con los rasgos clínicos. Por otra parte, con el tratamiento se busca disminuir los síntomas, y eliminar cualquier otra infección subyacente.
Usar el término Síndrome de Reiter puede resultar poco común. En este artículo podrás conocer más detalles de esta condición, y verás que es más frecuente de lo que piensas.
Tabla de contenidos
Causas del Síndrome de Reiter
Sus causas con exactitud son desconocidas. Sin embargo, existen estudios médicos que han considerado posibles causas las que se presentan seguidamente:
Infecciones en el organismo
Esta afección puede presentarse luego de una infección en la uretra, consecuencia de tener relaciones sexuales sin prevención. Por esta razón, es considerada secundaria a patologías como la clamidia.
De igual forma, una infección intestinal provocada por intoxicación alimentaria, también da paso al Síndrome de Reiter. En este punto intervienen infecciones por Shiguelle o Salmonelosis.
Genética
Se considera que la parte genética si interviene en esta condición. Sobre todo, en casos donde existan antecedentes familiares previos.
También te puede interesar: Ejercicios respiratorios para pacientes EPOC
Por otra parte, no es común que los niños lo padezcan. Pero si se puede presentar en la adolescencia.
Síntomas del Síndrome de Reiter
Dependiendo de la fase por la que inicie este síndrome se observarán los síntomas. Pero, normalmente es la fiebre baja y problemas urinarios los que aparecen dentro de los primeros días o semanas.
Síntomas urinarios
La persona presenta dificultad o dolor al orinar. Esto puede dar paso a cistitis, hematuria o proctitis. En el caso de los hombres es común dolor en exceso en el pene, aumento de la frecuencia para orinar y escalofríos.
Síntomas oculares
Ardor o enrojecimiento del ojo por la presencia de una conjuntivitis. También existe la uveítis, producto de una infección generalizada y que afecta la parte interna frontal del ojo.
Síntomas articulares
La persona que sufre del Síndrome de Reiter presenta dolor en los talones. Molestias constantes en las articulaciones como caderas, rodillas, tobillos o zona lumbar. Existen casos que manifiestan dolo en sólo un lado del curso, o en más de una articulación.
Otros síntomas
Esta condición plantea el conjunto de varios síntomas como los que ya conoces. Sin embargo, existen otros quizá menos comunes pero que también forman parte de esta patología, como úlceras no dolorosas en la mucosa oral, lengua, paladar, labios, o incluso en el glande. Asimismo, la persona perderá peso por la falta de apetito.
Factores de riesgo
Así como cada persona puede manifestar los síntomas de forma distinta, también existen distintos factores que aumentan la probabilidad de sufrir este síndrome. A continuación te mostramos los más comunes:
- Antecedente de alguna infección de trasmisión sexual
- Rango de edad entre 20 a 40 años
- Historia familiar con presencia del Síndrome de Reiter
- Consumir alimentos manipulado de forma incorrecta
- Cambio frecuente de pareja sexual
- Sexo masculino
¿Es posible prevenir el Síndrome de Reiter?
Como se ha planteado a lo largo de este artículo, el Síndrome de Reiter tiene como posibles causas factores genéticos. Ante estos no es posible que hagas nada para prevenirlo. Sin embargo, sí existen algunas recomendaciones para que disminuyas las probabilidades de padecerlo por algún otro factor que no sea hereditario. Como las siguientes:
- Evitar enfermedades de transmisión sexual practicando sexo con protección.
- Antes de cocinar o comer lavarse las manos.
- Ingerir alimentos en buen estado de salubridad, para evitar infecciones intestinales.
- Realizar ejercicios para evitar rigidez en las articulaciones.