La carne asada, como todo platillo, tiene su técnica. No es lo mismo cocinarla en la parrilla que en la estufa. Con estos consejos para que la carne asada te salga perfecta serás un experto en asado.
Cómo preparar la parrilla
Esta es la primera parte y no la menos importante.
- Cuida que los trozos de carbón sean de buen tamaño y firmes, que no se desbaraten fácilmente.
- Debes tener tu parrilla bien limpia antes de colocar la carne para que esta no agarre los sabores de los asados anteriores.
- Precalienta la parrilla y barnízala con aceite vegetal. De esta manera tu carne quedará más jugosa y no se pegará o quemará.
¿Cómo preparar la carne para el asado?
Es importante que la carne esté a temperatura ambiente antes de ponerla a asar. Si la colocas fría, es probable que se cocine solo en el exterior y el interior no quede cocido.
Sé generoso al sazonar cada corte. De las especies e ingredientes que utilices para marinar tu carne dependerá su romance con tu paladar.
Una vez listos los cortes, déjalos reposar sobre una tabla tibia para que se asienten sus jugos y su sabor sea óptimo.
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¿Cuál es la temperatura ideal?
Tus manos serán el termómetro ideal en este caso. Si al acercarlas sólo puedes soportar de 1 a 2 segundos. Si tus manos pueden aguantar de 3 a 4 segundos cerca de la parrilla, la temperatura es media y si lo puedes aguantar de 5 a 7 segundos, la temperatura es baja. Si ves que puedes aguantar más de ese tiempo, deberás avivarlo aún más para lograr el punto ideal de la carne asada.
Tips para la cocción
- Para que la carne quede jugosa evita cortar o pinchar para saber si está cocida mientras se está asando para evitar que los jugos escapen. Solo presiónala.
- Procura no acercar mucho la parrilla al fuego y deja que las brasas se tornen grisáceas o rojizas. De lo contrario, la carne se puede arrebatar o incluso emanar gases que la alteren.
- Una vez colocada la carne en la parrilla, déjala asar con paciencia y voltéala solo al llegar a su punto para evitar romper sus fibras.
- Comienza asando los cortes que requieren menos tiempo de cocción, como son las salchichas, las morcillas, las longanizas y toda clase de embutidos. Luego continúa con las piezas de menor tamaño como brochetas de pollo, alitas o cortes finos como las chuletas.
- Mientras estas piezas se asan, ve ubicando los cortes de mayor grosor en las zonas con fuego indirecto, esto es, las que están más lejos del centro de calor de la brasa. A medida que vayas retirando los anteriores, ve colocando estos.
- Mientras menos grueso sea tu corte, más fuerte debe estar el fuego y más rápido debe ser el tiempo de cocción. Mientras más grueso, menos intenso debe ser el fuego y más prolongado el tiempo de cocción.
