En ocasiones, quienes atravesamos por ciclos menstruales con síntomas pesados e incómodos nos gustaría darnos por vencidas y no volver a pisar la pista o el gimnasio. Adiós hábitos saludables, hola Netflix, chocolates y helado. Mucho helado.
Pero no, aunque puede pensarse lo contrario, mantener el entrenamiento sufriendo síndrome premenstrual no solo es completamente factible, sino que ¡Trae consigo muchísimos beneficios!
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Las 4 claves para el entrenamiento sufriendo síndrome premenstrual
Todas sabemos que no es especialmente fácil luchar contra los dolores, contracciones, la falta de concentración, la fatiga y un largo etcétera, de una excesivamente amplia lista de otras manifestaciones del SPM.
Descuida, que no estás sola en esto; veamos las consideraciones para adaptarnos a esta fase de nuestras vidas y obtener el máximo rendimiento.
1. El autoconocimiento es poder
Cada ciclo menstrual es particularmente diferente en todas nosotras, por lo que el objetivo del entrenamiento sufriendo síndrome premenstrual se basa en la diferenciación y la adaptación.
Tenemos que saber cómo se comporta nuestro organismo. Sobre todo, teniendo en cuenta que somos tan susceptibles a fluctuaciones hormonales; a causa de ciertos métodos anticonceptivos, patologías, nuestra alimentación o el mencionado SPM, por ejemplo.
En todo caso, conocer las fases del periodo menstrual e identificar cuáles son los días insoportables, que nos molesta o lo que nos levanta el ánimo proporciona una enorme ventaja para abordar entrenamiento físico de la mejor manera posible.
Así que, utiliza aplicaciones móviles de seguimiento menstrual o el clásico dúo de lápiz y papel para aprender sobre ti y tus propias experiencias.
2. Menor fuerza, mayor resistencia
Si bien, como se ha mencionado anteriormente, la resistencia y la tolerancia física no siempre es igual para todas.
Presentándose, por lo general, la disminución del rendimiento físico en lo que se refiere a las cargas elevadas de entrenamiento, pero un aumento significativo en la tolerancia a los ejercicios de poca intensidad. Fundamentado en:
- Aumento en los niveles de progesterona y disminución de otras hormonas como el estrógeno
- Alteración metabólica de la obtención de energía desde los hidratos de carbono
- Acompañado de una descomposición acelerada de los aminoácidos
- Disminución del desarrollo de musculatura y la capacidad de recuperación muscular
Es por todo esto que en el entrenamiento sufriendo síndrome premenstrual se recomienda adecuar las rutinas de ejercicios a nuestros detalles; disminuyendo la exigencia en las cargas de fuerza y priorizando los entrenamientos aeróbicos o de resistencia.
Siendo un momento magnífico para correr, saltar la comba o soga, las caminatas y el ciclismo, así también, concederle una oportunidad al siguiente tipo de prácticas.
3. Complementa con Yoga, Stretching o el baile
Por lo demás, se ha demostrado y verificado los efectos beneficiosos de incluir programas combinados de tus ejercicios regulares (con las consideraciones de intensidad antes mencionadas) y las disciplinas físicas – mentales, relacionadas con la meditación, para afrontar el entrenamiento sufriendo síndrome premenstrual.
El Yoga, taichí o Chi Kung figuran como las principales alternativas. Recomendadas debido a que mejoran la respuesta del organismo para combatir el estrés, la depresión y el malestar característico del SPM.
Además de contribuir con algunos aspectos que resultan esenciales para atletas y deportistas, así como para cualquier aficionado; entre ellas se cuenta la coordinación motriz, el control de la respiración, la postura corporal y el equilibrio.
Por añadidura, se abarcan otras actividades aeróbicas igualmente útiles; las sesiones de baile o las rutinas de estiramientos y flexibilidad, así también, alguno que otro elemento de prácticas anaeróbicas a manera del método Pilates, bajo las contemplaciones necesarias en este último caso.
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4. Cuidar la hidratación y la alimentación
Dos aspectos que no se pueden pasar por alto; en condiciones de máximo rendimiento físico y, ante todo, cuando nos encontramos en las fases del ciclo menstrual más problemáticas.
El agua, simple y corriente, en proporciones adecuadas y en el momento preciso, será nuestra mejor aliada para compensar los efectos de la fatiga muscular y otros inconvenientes. Sin olvidar las bebidas isotónicas para sesiones prolongadas o cuando sea necesario atender las deficiencias de electrolitos.
Del mismo modo que resulta fundamental contar con una alimentación saludable, (equilibrada, diversa y ajustada a nosotras) para mantener los niveles de macronutrientes adecuados y contrarrestar las variaciones ocasionadas por el SPM.
¡Escucha a tu cuerpo!
Continuar con tu entrenamiento sufriendo síndrome premenstrual es trascendental en la medida que superas las adversidades y te alineas con el estilo de vida que quieres, sin embargo, no te extralimites.
Procura atender a las señales de tu cuerpo y acepta tus capacidades; no te avergüences de una pausa, si sientes que la necesitas.