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¿Cómo saber si tengo intolerancia al frío y cómo puedo quitarla?

 

¿Has sentido cambios en la temperatura de tu cuerpo recientemente?, ¿te cuesta estar expuesto a temperaturas bajas por mucho tiempo? Puede que sin importar el lugar en donde estés, te des cuenta de que estás sintiendo más frío que el resto de tus amigos, o que incluso en verano, tu cuerpo no está conectado con el calor del ambiente.

Cuando se trata de factores externos o internos, la piel es una capa muy sensible que está constantemente expuesta a un montón de estímulos que pueden alterarla a través del tiempo.

Sin embargo, es también la primera en manifestar alertas de problemas de salud que están ocurriendo en nuestro cuerpo. ¿Sospechas que tienes intolerancia al frío? Aquí te contamos del tema con mayor detalle.

La intolerancia al frío es una condición (no es una enfermedad) de extrema sensibilidad a temperaturas bajas que se puede representar en la piel con ronchas, picazón, enrojecimiento o incluso otros síntomas como dolor de cabeza, fatiga, debilidad y malestar general.

Estas manifestaciones corporales indican que es momento de hacerse un chequeo médico y estar alerta, ya que puede estar avisándonos de un problema de salud que se está gestando en el organismo.

¿Qué puede estar ocasionando la intolerancia al frío?

  • La anemia: la anemia es conocida como la escasez de glóbulos rojos que se produce por deficiencia de hierro, lo cual ocasiona distintos síntomas, entre ellos mareo, debilidad, dolor de cabeza o extrema sensibilidad al frío.
  • Anorexia nerviosa: siendo un trastorno de alimentación que obviamente genera déficit de vitaminas y pérdida de la grasa corporal, este último elemento viene siendo esencial para protegernos de los cambios de temperatura del ambiente en relación a nuestro cuerpo.

  • Hipotiroidismo: las hormonas tiroideas son las encargadas de regular el metabolismo. Al haber una escasez de estas, puede terminar afectando distintas funciones vitales de nuestro cuerpo, ya sea la alteración de la frecuencia cardíaca o la temperatura corporal.
  • Uso de fármacos: es bastante normal que cuando nuestro cuerpo se está acostumbrando a algún tratamiento en específico para tratar alguna condición, este ocasione efectos secundarios, principalmente en la temperatura. Es importante estar alerta de estos cambios y estar en constante contacto con tu médico de confianza para llevar un chequeo de los síntomas de adaptación.

También te puede interesar: ¿Qué le pasa a la piel de nuestra cara cuando hace frío?

Existen otras razones

Algunas otras causas pueden ser: falta de sueño, deshidratación, fallas en la alimentación, problemas de la circulación o incluso trastornos en la salud mental, tales como la ansiedad o la depresión (o más allá).

¿Se puede quitar la intolerancia al frío?

La intolerancia al frío comúnmente es una condición temporal que se puede solventar a tiempo, al menos que estés sufriendo de alguna enfermedad que altere la temperatura del cuerpo. Sin embargo, para tratar la sensibilidad extrema al frío , es esencial atacar lo que la ocasiona.

Es importante preguntarse desde cuándo existe la sensibilidad al frío, con cuánta frecuencia (y en cuáles ambientes), revisar la dieta, los fármacos que se ingieren y demás factores.

Apenas se tenga una visión general, el médico indicará cuáles son los exámenes específicos a realizarse, cuál sería el diagnóstico y su tratamiento correspondiente. Lo ideal es acudir a una cita médica lo más pronto posible apenas se presenten las primeras alteraciones en el cuerpo, ya que así se trataría a tiempo en caso de ser un problema más grave.

Te damos algunas recomendaciones

  • Trata de protegerte con varias capas de ropa en las temperaturas normalmente más bajas, ya sea en invierno o en épocas de lluvia. Recomendamos principalmente proteger las manos y los pies.
  • A la hora de dormir, intenta tener siempre las ventanas cerradas y los ventiladores apagados.
  • Independientemente del problema de origen, intenta mejorar tus hábitos alimenticios y tus niveles de hidratación, de esta forma estarás menos expuesto al frío e incluso a la debilidad corporal.
  • En caso de estar ingiriendo fármacos, habla con tu médico acerca de los efectos secundarios que estos te están causando y si debería haber algún cambio en la dosis o en dicho tratamiento.
  • Acude a un profesional lo antes posible. También recomendamos cada cierto tiempo hacerse un chequeo médico general para llevar control de cualquier cambio que pueda ocurrir en nuestro organismo.

 

 
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