El comportamiento, formas de razonar y dar respuesta que tiene un joven a situaciones concretas, puede dejar asombrado a los adultos que viven a su alrededor y es que el cerebro de un adolescente en comparación con un adulto posee diferencias biológicas.
En ese sentido, su comportamiento visto como irracional o impulsivo, tiene otro punto de partida y por ello su manera de actuar será distinta. Considerar las consecuencias de las acciones propias requiere de ciertas condiciones que, a los adolescentes por lo general, les falta madurar.
Veamos cómo funciona el cerebro de un adolescente en plena etapa de desarrollo y lo que necesita a diferencia del cerebro de un adulto, el objetivo es poder entender que en muchas ocasiones solo falta comprensión de la situación para poder lidiar con las acciones posteriores.
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¿Realmente existe diferencia entre el cerebro de un adolescente en comparación con un adulto?
Por supuesto que existe tal diferencia, comencemos por afirmar que, en estudios realizados al cerebro humano, este órgano del cuerpo se va desarrollando en la niñez, la adolescencia y parte de la etapa adulta de una persona.
En este desarrollo cerebral podemos observar que en la adolescencia se van incrementando con rapidez las conexiones entre las células del cerebro, afinando habilidades como la comunicación, el pensamiento, las decisiones para ejecutar algunas acciones importantes y por supuesto el comportamiento.
En otras pruebas, cuando el cerebro está en acción, específicamente cuando se toman decisiones o cuando se resuelven problemas, se observa como este funcionamiento muestra una sustancial diferencia entre el cerebro de un adolescente en comparación con un adulto.
Lo primero es que las acciones de los adolescentes están más marcadas por la amígdala y en menos proporción por la corteza frontal, otra observación evidenciada es que existen factores externos que interfieren en el desarrollo natural del cerebro en la adolescencia.
Entre estos elementos se constataron que el consumo excesivo de alcohol por parte de la madre en el embarazo, el uso de sustancias psicotrópicas o algunos traumatismos en infantes pueden interferir.
Diferencias entre el cerebro adolescente y el de un adulto
Las diferencias que puedan existir en las etapas de desarrollo del ser humano, como en la adolescencia, no los exime de responsabilidad frente a su actuación ni los imposibilita a la hora de discernir entre lo que es correcto y lo que no.
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Lo importante de conocer esta distinción entre el cerebro de un adolescente en comparación con un adulto es que la sociedad podrá brindarles una mejor atención y manejo al comportamiento que esta población pueda presentar. Veamos con detenimiento estas características en el funcionamiento y desarrollo del cerebro adolescente.
● La maduración del cerebro continua, aunque ya no haya crecimiento
Si bien el cuerpo del ser humano deja de crecer, el desarrollo y posterior maduración del cerebro se alcanza entre los 25 y 30 años de edad. En ese intermedio, hasta la madurez total, la zona prefrontal es la última sección que se perfecciona.
Dicha zona es la encargada de decisiones como la planificación, el manejo de impulsos o de ciertos comportamientos y la posibilidad de disponer entre acciones prioritarias.
● El adolescente tiende a ser más sensible al estrés
El cerebro de un adolescente en comparación con un adulto responde de manera diferente a cualquier estímulo estresante. Se evidencia que al estar en pleno desarrollo, los adolescentes son más susceptibles al estrés, al punto de ser un detonante para trastornos mentales, depresión y ansiedad.
● El cerebro de los adolescentes está preparado para aprender
Es popularmente conocido que el mejor momento para aprender y adquirir nuevas habilidades es mientras se está joven. Esto no significa que los adultos no puedan aprender, pero el cerebro de un adolescente posee mayor plasticidad que el de una persona madura.
Por ello, toda actividad que se torne retadora, demandante, de mucha creatividad, son especialmente recomendadas para los adolescentes, puesto que les ayudará a madurar y desarrollar sus capacidades cognitivas de manera más idónea.
● Los adolescentes requieren más horas de sueño
La concentración de melatonina del cerebro de un adolescente en comparación con un adulto es más elevada en altas horas de la noche y mucho menor en la mañana, con esto se explica por qué los adolescentes prefieren dormir tarde y no quieren levantarse temprano.
Un joven, adolescente, requiere de 9 a 10 horas de sueño para desarrollarse a plenitud, de o cumplirse este período aumentan los episodios de irritabilidad y mal humor hasta llegar a ser un problema para la madurez mental.